La mirada está puesta sobre el sufrimiento a través de personajes anónimos que se preguntan, deambulan, dialogan… en un intento de explicarse por qué es necesario el sufrimiento y quienes son los que deciden que esto sea así.
Todos somos víctimas de algún Dios propiamente dicho, o puede llamarse “el futuro”, “la historia”, “el progreso”.
“En el principio no fueron los dioses de los cielos los que impusieron sacrificios a los hombres de la tierra, sino los sacrificios de los hombres en la tierra los que pusieron a los dioses en el cielo” dice Sánchez Ferlosio. “A quien madruga…” es una propuesta sobre la forma que tenemos de santificar el dolor y el sufrimiento en nuestras acciones cotidianas para conseguir algo a cambio en el futuro. En conclusión dicen: “Habrá que inventarse mejores dioses. O dedicarse a ser feliz. O dejar de madrugar. Porque ya sabemos: a quien madruga…”